La Abadía de Fontenay es uno de los edificios medievales más emblemáticos de la arquitectura cisterciense. Está situado en un valle, a pocos kilómetros de Montbard, en el departamento de Côte-d’Or, región de Borgoña.
Fue fundado por San Bernardo de Claraval y su estilo fue modelo de los monasterios posteriores durante dos siglos, en los cuales los monjes cistercienses se expandieron por toda Europa.
Sus orígenes se remontan a 1119, si bien fue consagrada en 1147 por el Papa Eugenio III.

Siguiendo los preceptos de la orden respecto al ascetismo y a la pobreza, la abadía carece por completo de adornos, lo que genera un efecto insospechado en un edificio de sus proporciones. Le confiere una austeridad majestuosa y la inunda de misterio.